28/02/2012
"Ese mismo día, horas después, veo a mi hermana rezar de nuevo: hincándose de rodillas en mitad del foro romano, aparta unas basurillas que hay en el suelo (como si limpiara una pizarra) y con una piedra me dibuja en la tierra un boceto de una basílica romana clásica. Señala primero a su dibujo y después a la ruina romana que tenemos delante para hacerme entender (¡hasta yo, con mis limitaciones visuales, consigo entenderlo!) cómo debió de ser ese edificio hace dieciocho siglos. Con el dedo traza en el aire los arcos que faltan, la nave central, las ventanas desaparecidas tiempo ha. Cual niño con un lápiz de colores, rellena el cosmos vacío con su imaginación, sanado a las ruinas del paso del tiempo."
Elizabeth Gilbert: Come, reza, ama
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