14/08/2008
A 60 Km de Cracovia nos encontramos con la ciudad de Oswiecim, Auschwitz en alemán. El campo de exterminio de Auschwitz es uno de los lugares donde nadie suele posar para las fotos ni tampoco nadie sonríe delante de la cámara. Es una visita que no se olvida con facilidad ya que se revive la historia al ver los barracones con literas de ladrillos, los calabozos, las torretas, la enfermería... La primera imagen del campo es la más conocida, la puerta de entrada con la frase "Arbeit macht frei", "El trabajo os hará libres", pero es la menos impactante. Cuando se empiezan a recorrer los barracones y a observar las diferentes exposiciones con los paneles explicativos, entra un escalofrío en el cuerpo que es difícil de explicar. Las exposiciones albergan miles de zapatos, gafas, maletas, prótesis, pelo cortado, uniformes de rayas amontonados detrás de unas cristaleras enormes. El paredón, la cámara de gas, y el crematorio hacen que tales imágenes queden grabadas en el recuerdo. Son muchas las fotografías de los prisioneros/as extraídas del registro oficial de la SS colgadas en los pasillos de los barracones con nombres y apellidos. Fotografías emotivas como las de los prisioneros en el momento que fueron rescatados, fotografías personales de antes y de después de Auschwitz. Fotografías atroces en la enfermería, no por la imagen en si sino por el texto explicativo. Fuera de los barracones, en el silencio del campo se puede oír de fondo el sonido de la campana que llama para el recuento, ha permanecido intacto a través del tiempo. Auschwitz es un recorrido por la historia que no hay que olvidar, es un cementerio, es un memorándum, es un museo.
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