9/04/2012
Esta foto de un farol de minero tomada esta Semana Santa en la Iglesia de la Virgen de la Peña en Congosto, me ha hecho recordar la visita a las Minas de Sal de Wieliczka en Cracovia declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. ¿Qué es lo que tienen en común este pueblecito del Bierzo y las Minas de Sal de Wielicka?, pues que ambos pueblos vivían de la minería y ambos pueblos son devotos de la misma patrona, Santa Bárbara (patrona de todo aquel que tenga algo que ver con los explosivos o las explosiones).
Después de 378 escalones que el guía sugiere contar mentalmente para evitar la claustrofobia y a unos cuantos metros bajo tierra donde la temperatura de las Minas de Sal se hace notar así como su aire salino, por cierto muy aconsejable para todos aquellos que padezcan problemas respiratorios debido a la ausencia de ácaros gracias a las bajas temperaturas, nos encontramos con una serie de túneles, capillas, puertas que se abren y se cierran cada vez que pasa un grupo de turistas y como no, con uno de los balnearios más famosos de Polonia.
Los iconos religiosos de las capillas de las Minas de Sal empezaron a ser tallados en sal porque las velas que llevaban los mineros y las explosiones de metano quemaban las figuras talladas en madera. Una de las capillas más famosas es la de Santa Kinga, patrona de los mineros de Cracovia. Cuenta la leyenda que la princesa húngara Kinga estaba a punto de casarse con el futuro rey de Cracovia y pidió a su padre el rey Bela IV como regalo para su prometido una mina de sal, ya que Polonia no poseía sal en esa época y era muy valiosa. El rey le concedió el deseo y antes de salir de Hungría la princesa tiró su anillo de prometida en el pozo que le había regalado su padre. En tierras polacas tuvo un presentimiento y mandó parar al cortejo en Wieliczka. Hizo cavar un agujero y apareció la mina de sal, el primer fragmento que extrajeron de ella fue el mineral cristalizado envolviendo el anillo de compromiso de la princesa.
Polonia es un país de muchas leyendas y no podían faltar algunas más de las Minas de Sal. La leyenda del fantasma de las Minas de Sal cuenta que éste se aparecía a los mineros y los guiaba por el buen camino cuando iba a ocurrir alguna desgracia. Santa Bárbara también se aparecía en el lago interior de las minas a los soldados austriacos para guiarlos y hacerles sentir más seguros.
La subida a la superficie es toda una experiencia ya que se realiza en un ascensor minero antiguo de rejas. El descenso habían sido 3 niveles de los 9 que tienen las minas. Unos 135 m bajo tierra.
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